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Plan de Estudio

 
 
Módulo 1: Políticas públicas e institucionalidad ambiental: contexto histórico, económico y político

 

La noción de sustentabilidad busca redefinir la relación entre las sociedades humanas y el entorno que las sostiene, a fin de contener e idealmente, revertir la tendencia a la sobreexplotación de la naturaleza en aras del desarrollo civilizatorio moderno, marcado por la industrialización, la apertura de las fronteras comerciales y la creciente tecnologización. Para su comprensión y abordaje, resulta fundamental conocer el recorrido histórico y político de esta perspectiva y su relación con el curso tradicional del desarrollo económico, social y político de nuestra sociedad.
 
A mediados de los años ’50, la “cuestión ambiental” emerge en el debate internacional –específicamente, en la Organización Mundial de la Salud- como desafío para abordar los problemas de contaminación y daños a la salud humana, derivados de los procesos de industrialización, urbanización y expansión demográfica. En 1987, la Comisión Brundtland de Naciones Unidas acuña el concepto de “desarrollo sustentable” entendido como el desafío de ofrecer las mejores oportunidades de desarrollo a las sociedades del presente, sin arriesgar estas posibilidades a las generaciones futuras. A partir de entonces, los acuerdos suscritos por las naciones para abordar este desafío (Agenda 21 y Convenciones asociadas)  han seguido cursos dispares de aplicación y operativización de estas premisas en las políticas públicas, marcos regulatorios y estrategias de desarrollo de los distintos países, con éxitos variables.
 
En Chile, los compromisos suscritos por el Estado en estas materias encuentran sinnúmeras barreras para su concreción. El modelo neoliberal imperante, respaldado por una institucionalidad diseñada a su medida e instaurada por la fuerza durante el régimen militar, dificulta los esfuerzos por construir una sociedad sustentable en lo económico, ambiental, social y político. Esta tensión está a la base de la crisis socioambiental que viven las comunidades en todo el territorio nacional,  manifiesta en problemas como la escasez y enajenación del agua como bien público; la ausencia de una política y una estrategia a largo plazo en materia de energía; la pérdida de biodiversidad; la vulneración de derechos territoriales; la destrucción del patrimonio natural y cultural; la contaminación de aguas, suelos y aire; la falta de mecanismos para hacer exigibles derechos considerados básicos (salud, vivienda y educación de calidad), etc.
 
Considerando la gravedad y complejidad de estos problemas, el desafío para la construcción de sociedades sustentables cobra fuerza y se instala en las discusiones públicas. En las comunidades y en la sociedad civil organizada, emerge también la noción de  “territorio” como espacio dinámico, vivo y diverso, sostenido por la relación entre las sociedades humanas y el entorno, donde concretar lo que entendemos por sustentabilidad social, ambiental, económica y política. Del mismo modo, surgen visiones críticas y propositivas a las nociones de crecimiento, progreso y desarrollo, relevando la importancia de promover un buen vivir, cotidiano y presente, antes que un crecimiento sostenido, incierto y riesgoso.
 
Módulo 2: Desarrollo económico y conflictos territoriales en Chile: Impactos del modelo productivo en el patrimonio común

 

Tras la revisión de los antecedentes histórico-políticos de los desafíos para la sustentabilidad, es posible profundizar en el análisis de sectores estratégicos y áreas clave para la comprensión de esta temática. Identificamos los sectores agua, energía, biodiversidad y clima, como campos de observación; y las políticas públicas, marcos regulatorios e institucionalidad que enmarca su gestión, como el espacio de incidencia donde generar cambios hacia la sustentabilidad y gestión integrada de recursos.
 
Asimismo, estos son los sectores donde la crisis del modelo extractivo y exportador, instalado en nuestro país durante el gobierno militar y sostenido durante los posteriores gobiernos democráticos, se expresa con más fuerza. La evidente crisis de acceso y calidad del agua, la pérdida de biodiversidad, la destrucción de áreas cultivables, la desertificación, la vulnerabilidad energética y económica, entre otros fenómenos, tienen su origen en las políticas de ajuste estructural y su continuidad: reducción del rol del Estado, apertura económica, promoción de la inversión extranjera directa y fomento a la producción orientada a la exportación.
 
 Módulo 3: El paradigma ecológico/verde: Fundamentos teóricos, éticos y políticos

 

El cuestionamiento al modelo civilizatorio vigente, desde el paradigma ecológico/verde, se refiere no sólo a las condiciones “materiales” en que se expresa –en términos de modos de producción, trabajo y consumo-, sino también, y prioritariamente, a los fundamentos paradigmáticos de la civilización moderna, expresados en los procesos de industrialización, liberalización y globalización.

 
De este modo, la perspectiva ecológica pone en duda las premisas de identidad, crecimiento y desarrollo propias del paradigma moderno. En dicho paradigma, la racionalidad instrumental fue erguida como fundamento de lo “propiamente humano” y premisa fundante de su progreso, supeditando la naturaleza, los territorios y los vínculos afectivos a sus dominios. En esta dualidad razón/naturaleza, las mujeres, las comunidades indígenas, campesinas, africanas y todo aquel que no había sido “iluminado” por la razón, fue considerado instrumento al servicio de las sociedades ilustradas o amenaza que contener, esclavizar o civilizar. De hecho, uno de los padres de la ciencia, Francis Bacon, declamaba la necesidad de controlar y contener a la naturaleza “para extraerle sus secretos”, lo que también hacía como miembro de los tribunales insquisidores. Esta mirada está a la base del paradigma científico controlador, reduccionista y fragmentario, cuyos ecos persisten hasta hoy. La racionalidad instrumental es la que ha instalado en nuestro horizonte civilizatorio los ideales de progreso y desarrollo, fundados en la competencia y el crecimiento económico sostenido.
 
El siglo XX y sus conflictos han  puesto en evidencia la insuficiencia de esta racionalidad y su paradigma para construir sociedades humanas basadas en la justicia, la equidad, la democracia y el bienestar. Peor aún, ha desatado crisis y conflictos de alcance global, poniendo en riesgo no sólo la sobrevivencia de múltiples formas de vida sino de la propia humanidad. Ante esta tendencia, pensadores, científicos y activistas han desarrollado propuestas para un paradigma eco-céntrico, que ofrezca una alternativa civilizatoria basada en la cooperación, el cuidado, la reciprocidad y la integración de la complejidad. Este paradigma recoge tanto los saberes ancestrales de sociedades y civilizaciones no modernas ni occidentales, que comparten tales premisas; como los conocimientos aportados por los nuevos paradigmas científicos, que reconocen el carácter sistémico y complejo del universo y la vida.
 
Las implicancias de estas reflexiones resultan  fundamentales para impulsar procesos de cambio en la relación sociedad-naturaleza, y por tanto, para entender los desafíos para la construcción de sociedades sustentables, como oportunidad para desplegar el potencial creativo de este cambio hacia lo que podría considerarse una nueva conciencia de nuestra experiencia vital.
 
Módulo 4: Buen Vivir: Hacia una gestión comunitaria y democrática de bienes comunes 

 
Aun considerando la magnitud de los desafíos sociales, económicos y políticos para la sustentabilidad, es importante relevar los procesos en curso que representan alternativas viables para el tránsito hacia nuevos paradigmas de desarrollo y bienestar. Por esta razón, y vinculado al trabajo desarrollado por los y las estudiantes en el proceso anterior, este módulo está orientado específicamente a la visibilización de alternativas, en términos de buenas prácticas para la transición hacia una relación sinérgica entre las comunidades y los territorios, lo que podemos denominar “bio-civilización”. Continuando con las reflexiones críticas del módulo 3 y la visibilización de experiencias locales en el módulo 4, este módulo continúa una reflexión sectorial, con énfasis en las alternativas como eje transversal
 

Módulo 5: Liderazgos para la construcción  de comunidades y territorios sustentables

 

La vivencia o puesta en práctica de los saberes adquiridos y construidos en los módulos anteriores requiere plasmarse en espacios de articulación e incidencia política y social. Para dar cuenta del proceso de aprendizaje, las participantes necesitan incorporar a sus visiones y prácticas los principios y herramientas de análisis ofrecidos por este proceso, con la expectativa de generar acciones de cuidado y protección activa de sus territorios y comunidades, especialmente en situaciones de conflicto. Pero este tránsito no se sostiene sólo con una mayor cantidad de información y herramientas técnicas: requiere también un cambio en la perspectiva de los propios actores. Aprender a trasformar el ejercicio de liderazgos directivos en colaborativos; a pasar de las instrucciones a la escucha y la participación activa de sus pares; a transitar por los dolores y la frustración que aparejan los conflictos, sin perder el entusiasmo; a diseminar en su comunidad disposiciones emocionales favorables a la apertura, la creatividad y el aprendizaje; a resolver conflictos, conversar y coordinar acciones, son habilidades que también requieren un proceso de aprendizaje. Estas habilidades resultan indispensables para que los y las dirigentes puedan convocar, trabajar cooperativamente y sostener procesos de largo aliento, tanto al interior de sus comunidades como con los distintos actores vinculados a sus prioridades, demandas y conflictos.
 
La experiencia de Escuelas de Formación para el Liderazgo Comunitario en la Región del Bío Bío (Fundación Huerquehue, 2011) y del Magíster en Gestión Integral para la Transformación Pedagógica (UNESCO-UAHC, 2011-2013) evidencia que el tipo de liderazgo ejercido por dirigentes o directores de procesos colectivos (aldeas de emergencia y escuelas vulnerables, respectivamente) resulta fundamental al momento de concretar metas compartidas; sostener procesos de mejora, bienestar y cuidado; y abordar situaciones de conflicto. Los procesos citados confían en la perspectiva del aprendizaje transformacional; un cambio en la perspectiva del actor, en su calidad de observador y creador de realidades, transforma significativamente sus acciones y su impacto en la comunidad de la que forma parte. Puede por tanto, contribuir a  generar cambios significativos en la experiencia vital de sus pares y de su comunidad.
 
Sobre esta base, este módulo está orientado a fortalecer el ejercicio de liderazgos de los y las participantes, que por tratarse de dirigentes, pueden contribuir muy significativamente a que sus organizaciones y comunidades vivan en condiciones de sustentabilidad y bienestar, trayendo al presente ese futuro anhelado.